domingo, 29 de abril de 2012

Ni el suspiro más hondo y profundo

Ni el suspiro más hondo podría expulsar la tristeza que alberga su cuerpo. Está agotado. Sus músculos parecen haberse vuelto contra él y le pesan. Su espalda está tensa, sus hombros caídos. Su mirada es sin duda alguna el reflejo de un alma perdida. Mire a dónde mire no encuentra aquello que tanto busca. Lleva horas en esa misma acera, sentado en el bordillo, de pie junto a la farola, caminando alrededor de esta sin levantar la mirada del suelo...
El día está lluvioso y llora, y las calles se han quedado a solas. Desde mi ventana puedo notar su ansiedad, sus ganas de dar un paso hacia alguna parte para salir de la situación en la que se encuentra y su imposibilidad de encontrar la dirección correcta que le salve de caer en el abismo. Cada cierto tiempo, tras juguetear con los pellejos de sus dedos y mordisquearse insistentemente las uñas, levanta la mirada hacia mi balcón, esperando que de este surja una respuesta, pero yo no la tengo. 
El contraste entre el calor de la casa y el vidrio helado de la ventana hace que me entre un escalofrío. Él, sin embargo, a pesar de estar vagando en esa calle desierta y mojada no parece inmutarse por la temperatura. Le da igual, estoy segura. Sus pensamientos pueden más que él y tras intentar en vano luchar contra sí mismo, se deja caer en ese mar de dudas, en esa tormenta insoportable que está teniendo lugar en su interior. Ya todo está perdido –piensa- ¿Para qué resguardarse de la fría lluvia? ¿Para qué disimular las lágrimas que quedan? ¿Para qué guardar todo el aire que me quema por dentro? ¿Para qué? –suspira.
Pero ni el suspiro más hondo y profundo, podría sacar toda la tristeza que alberga en su cuerpo.




Liia'12

domingo, 22 de abril de 2012

Estarás esperando a alguien que vuelva a ser como nadie


Solo pedía una respiración acompasada, una mirada de confidencialidad, una sonrisa cómplice, un apretón de manos y así dejar que el corazón latiese eternamente. Pero pedir nunca fue suficiente.







Liia'12

jueves, 19 de abril de 2012

Caer nunca debió ser una opción así que no me dejes caer


Cuando tu mano me sostiene firme, me siento segura. Cuando sin embargo estoy a punto de caer en el abismo, cuando no hay nada que me sostenga salvo tus dedos que poco a poco se hacen cada vez más resbaladizos, es entonces cuando te pido que no me dejes caer. Es cansado y duele, y pudiendo estar libre este es un esfuerzo añadido, pero no me dejes caer. No me dejes caer porque sé que vale la pena, que esforzarse hasta el último soplo de aire es necesario, así que no me dejes caer. No me dejes caer y vuelve a sostenerme con fuerza. 

Caer nunca debió ser una opción...

Liia'12

Un lugar mágico, mi lugar mágico


Es un sitio mágico, un sitio del que cada vez que me voy me siento un poco más vacía. Como si pequeños pedazos de mi corazón se desprendieran de mí y se quedarán allí amontonados. Cuando vuelvo los recupero, me siento más viva y respiro, por fin. Poco a poco el montón se va haciendo inmenso y con este mis ganas de volver, inmensas también.





Liia'12

domingo, 15 de abril de 2012

Despertadores


Soñé que vivía en el País de las Maravillas de Nunca Jamás, lo soñé tan fuerte que creí sentirlo incluso. Pero me desperté sin aire y como aquel que tras desvelarse con la alarma decide quedarse en la cama con los ojos cerrados durante horas, intenté en vano regresar a aquel lugar mágico. Pero bien es sabido que a cierta edad la magia ya no es un recurso válido, que los sueños, sueños son y bla bla bla…
No sé si por desgracia o por qué, el mundo está lleno de despertadores que suenan siempre que pueden para hacerte caer de la cama y estamparte con la pura realidad.


Liia'11

lunes, 9 de abril de 2012

Si lo que quieres es huir, camina. (P. S. M.)


Os dejo la continuación de la ficción Perderlo sería Morir, igual de extensa y algo más aburrida que la primera parte.

Capitulo II “Si lo que quieres es huir, CAMINA”

La vida nunca me ha gustado del todo, soy capaz de encontrarle pegas a aquello más perfecto. Inconformista dicen algunos, perfeccionista otros, pero ni una cosa ni la otra, quejarse es un derecho y progresar una obligación. En cuanto a mi rechazo frente a la vida, tenía pocas opciones, tres en concreto: o me hacía adicta a alguna que otra sustancia poco recomendable, o  me quitaba la vida, o me hacía escritora. No hay forma más interesante de obviar por completo las verdades de la vida que disfrutando de un lugar privilegiado en un mundo extasiado y a tu medida. Sin duda, escogí la mejor de las tres. Por supuesto, antes hice una lista de opciones posibles y fui descartando aquellas que de ninguna forma facilitaban la evasión. Poner la música en alto, por ejemplo, te asegura no oír a nadie, absolutamente a nadie, lo cual no es precisamente positivo aunque pueda parecer lo contrario. No tener a nadie que consiga parar tu corriente de consciencia (que evidentemente te ata los pies a la tierra y hace que el sueño de desaparecer se desvanezca a grandes pasos) no hace más que evitar tu huída.
Y cuando se trata de escapar no hay mejor opción que andar y andar, como los burros, mirando siempre hacia delante. Qué la raza humana ha evolucionado mucho, pero eso de pasar de página y encontrar el equilibrio personal necesario para seguir con fuerza no se nos da precisamente bien. Posiblemente porque la dependencia emocional siempre estará ahí. Dependemos, aunque no queramos, unos más que otros, de las personas que nos rodean y a las que profesamos admiración, amor, cariño, etc. Hace tiempo que catalogué el amor como la inmensa y única dependencia emocional que existe. El amor no es un "yo te quiero sin pedir nada a cambio" (aunque estaría bien). A partir de algunas experiencias frustradas desarrollé una teoría algo polémica en mi entorno sobre el amor. En la pareja hay dos partes: el sujeto número uno necesita seguridad, alguien que le acompañe y sepa complementarle, alguien que haga que su vida sea más diáfana, alguien a quien dedicar su tiempo y con quien compartir su todo. El sujeto número dos, sin embargo, podría prescindir de la parte formal puesto que lo que siente es un profundo deseo sexual que para completar requiere de una segunda parte. Según escribí hace ya unos años:
La mayoría de mujeres y algunos hombres sufren de dependencia emocional, necesitan ser amados, conocer sus virtudes a través de los halagos de otros. Por otra parte la mayoría de hombres y algunas mujeres tienen ansiedad sexual, así lo llamaría yo, necesitan un componente sexual en su vida y para alcanzarlo no dudan en cumplir todos los deseos del otro partícipe de la pareja. Todo esto en mi opinión, es así. Aunque se haga de forma involuntaria o inconsciente, lo dicho hasta ahora es una realidad.
Ciertamente, no comparto mi opinión de aquellos años pero puestos a explicar cosas, no está de más exponer por donde pasé para acabar siendo esa “mujer hecha y derecha” de la que cualquier madre estaría orgullosa.
Retomando el tema anterior, los sentimientos nos atan a un pasado mitificado que incluye todo aquello que una vez dejamos atrás. Este es el motivo principal de que la evasión sea prácticamente imposible, un privilegio reservado a genios y soñadores que cada día intentan crear un mundo mejor y nuevo, su propio mundo. Quienes pretenden cambiar el real sufren, en mi opinión, de una implacable limitación mental.


Liia'12

Los ciegos no miran nunca

No entiendo la traición, ni el dañar a alguien querido. No entiendo la mentira, ni el afán por ocultar hechos que una vez desvelados re animan el dolor más profundo. De nada sirve esconder que se ha traicionado a alguien querido, de nada sirve ocultar el tras fondo oscuro de un alma imperturbable. El único fin es el dolor del alma truncada, aquella que en su ceguera se apoyó en alguien a quien no podía ver realmente, alguien a quien no quería ver por miedo a sufrir. Y es que en definitiva los ciegos no miran... (Aunque sienten con más intensidad a causa de su atrofia ocular).

Liia'12

miércoles, 4 de abril de 2012

Lo que una vez sucede, lo hace para siempre

Una vez alguien me escribió esta carta que hoy quiero compartir. Debo confesar que, no sé muy bien porqué, lloré al leerla. Puede que fuera por la conexión poética que sentí, si es que algo así puede existir.

Cervantes pasó una temporada en la cárcel, pensando la gente que fue por recaudar diezmos irregulares para el priorato de San Juan. No fue así. Le aconteció porque se había enamorado de la prima del cacique de la villa, llamada como tú. Sabes que el amor es colisión y el desamor pasar de largo. Pues a Cervantes no se le ocurrió otra cosa cuando la tuvo al lado, que dirigirle un requiebro, un piropo en nuestros días, que fue el siguiente: "Queda en paz luz de mis ojos,los cuales no verán cosas que les den placer hasta volverte a ver".Le costó la cárcel pero no le importó. Como ves tu nombre ya levantaba pasiones antes de que tú fueras sólo un proyecto en los sueños de muchos poetas. Lo que una vez sucede,lo hace para siempre.

 J. N.



Liia'12