Todo el mundo tiene algo interesante que contar. Una historia, su historia. Yo en cambio, tengo poco de eso, por ello nunca cuento mi historia y me dedico por completo a inventar nuevas. Pocas cosas me hacen tan feliz como vivir una de mis historias mientras la invento. Hoy, sin embargo, dejaré entrever parte de mi historia. Voy a desvelaros una de mis pasiones más ocultas, que muy poca gente entiende o se preocupa por entender: la poesía. Me gusta escribirla, pero sobretodo leerla. Mis autores favoritos son Bécquer (el que más), Quevedo, Góngora, Lope de Vega, Cervantes, Shakespeare... los clásicos en definitiva. Aun con todo, también me gusta leer a autores contemporáneos, como Amalia Bautista. Aquí os dejo uno de los poemas que más recientemente he añadido a mi lista de favoritos, cabe destacar que es de prosa muy muy sencilla por lo que en el caso de que no os apasione la literatura tanto como a mí lo entenderéis de igual forma.
Creía que te había dicho adiós,
un adiós contundente, al acostarme,
y olvidarme de ti y de tus argucias,
de tu insistencia, de tu mala baba,
de tu capacidad para anularme.
Creía que te había dicho adiós
del todo y para siempre, y me despierto
y te encuentro de nuevo junto a mí,
dentro de mí, abarcándome , a mi vera,
invadiéndome, ahogándome, delante
de mis ojos, enfrente de mi vida,
debajo de mi sombra, en mis entrañas,
en cada pulso de mi sangre, entrando
por mi nariz cuando respiro, viendo
por mis pupilas, arrojando fuego
en las palabras que mi boca dice.
Y ahora, ¿qué hago yo?, ¿cómo podría
desterrarte de mí o acostumbrarme
a convivir contigo? Empezaremos
por demostrar modales impecables.
Buenos días, tristeza.
A. Bautista
Liia'12
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dar tu opinión. "Comments are free, facts are sacred" C.P. Scott