A veces me dan ganas de ir al mar a nadar, nadar hasta el horizonte, sé que no llegaré pero no me importa solo quiero salir de aquí. Otras me gustaría estar arriba del todo del sitio más alto de mundo y dejarme caer, caer por el infinito más eterno que exista, como en el cuento de Alicia en el País de las Maravillas, caer y caer y caer… Al final nunca hago nada de eso pues el mar me da miedo y no sabría encontrar el escondite del conejo que siempre llega tarde… además, siempre me acuerdo de vosotros.
Creo que escribir es lo único que me salva, por eso escribo ahora. Escribir me da fuerza y sé que cuando leáis esta carta, yo ya estaré muy lejos. No me echéis de menos, y ni se os ocurra llorar por mí, ahora soy feliz. Sonreíd porque sabéis que con vosotros se fue mi aire y que sin lugar a dudas, si os hubiese perdido antes nunca hubiera empezado esta carta, hubiese muerto sin tener a nadie que la pudiese leer y eso sería muy triste. Quiero que sepáis que yo seguiré echándoos de menos como cada día desde que os fuisteis y dejasteis mi corazón vacío. Os mando un beso desde aquí arriba donde os esperaré por siempre jamás.
Liia'11