martes, 20 de septiembre de 2011

Ojalá la eternidad no fuera tan efímera

Nunca antes anduve tanto. Sin embargo, el camino se hizo efímero nada más empezar. Las gotas de lluvia como siempre mojaban mi rostro y mi vestido dejaba caer una divertida hilera de lágrimas brillantes que mojaban la hierba. Qué sensación más agradable, volver a respirar este aire, volver a pisar este césped tan dulce. No hay ningún sitio en el mundo que me guste más que este. Supongo que por eso siempre que sueño vengo aquí. A una especie de País de Nunca Jamás, que sí existe. Mientras camino veo como las luces de los pueblos de alrededor van apagándose y los faros de los coches que siguen las curvas de la carretera giran rodeando las montañas de este lugar. Es una sensación increíble andar y andar sin cansarme ni un poquito. Ojalá la eternidad no fuera tan efímera en este lugar. Ojalá pudiera ser parte de esta perfección llamada…

Liia'11